Los avances tecnológicos en el análisis del ADN libre fetal han permitido desarrollar pruebas de cribado prenatal no invasivo basadas en la sangre materna, permitiendo una detección de anomalías cromosómicas con mayor sensibilidad y especificidad sin riesgo para la madre ni el feto y con una probabilidad de acierto de entre el 85 y el 90% y una tasa de falsos positivos del 5%.
El cribado del primer trimestre del embarazo detecta anomalías cromosómicas frecuentes en el feto y se centra principalmente en la detección del síndrome de Down y el síndrome de Edwards.
Este test incorpora la tecnología de secuenciación más avanzada aplicada que permite un análisis completo y profundo del ADN libre. Asimismo, se determina la fracción fetal para garantizar la más alta precisión del análisis.